¿Quién no piensa en tomarse una sopa calentita cuando el frío y la humedad nos invaden? Algunas pequeñas acciones son casi instintivas, sin embargo, podemos tomar algunas medidas, no tan obvias, que nos ayudarán a saber cómo combatir el frío de la mejor manera posible. Sigue nuestros consejos para combatir el frío en invierno que te ayudarán además a subir las defensas, reforzar el sistema inmunológico y combatir las amenazas de virus y bacterias.
Mantas y calefacción: cómo combatir el frío acondicionando el hogar
Es posible que, desde que aparecieran los primeros fríos de este invierno, y en un intento de evitar los resfriados, en especial los resfriados en niños, pusieras la calefacción a tope en todas las estancias del hogar. En realidad, lo importante no es encender la calefacción sino asegurar el aislamiento del frío. En un hogar convencional, los propios electrodomésticos ya generan un calor. Si la vivienda está bien aislada contra el frío, no debería ser necesario encender la calefacción al máximo ni en todas las habitaciones. Zonificar el calor es clave: cierra las puertas de las habitaciones donde no hay nadie para generar mayor confort en las que sí estamos. La luz natural, especialmente en los momentos de mayor radiación solar, permite la entrada de calor. Aprovecha las primeras horas del día para ventilar la casa, la ventilación hará que el aire interior se renueve y eso ayuda a mantener los microbios y virus alejados de tu hogar. Ten en cuenta que respirar aire limpio contribuye a evitar infecciones respiratorias. Deja bien abiertas las persianas y cortinas de casa para permitir la entrada de sol y calentar tu hogar. Del mismo modo, cierra cortinas y persianas a partir del atardecer, cuando ya no hay sol, para que el frío no entre en casa. Así es como se combate el frío acondicionando el hogar.
Otro buen aislante es la manta, especialmente si es de lana o de un material que te proteja bien del frío. En condiciones de frío y humedad, la lana puede generar calor y aísla térmicamente. Asegúrate de tener una manta cerca cuando quieras pasar una tarde de lectura o televisión en el sofá.
Caldos, infusiones y tés: aportan calor y nutrientes al cuerpo.
Es posible que, al llegar a casa, tengas la necesidad de entrar en calor rápidamente. Quizás sientas los dedos de manos y pies entumecidos y la nariz congelada. Uno de los mejores consejos para combatir el frío de encima, y acondicionar tu cuerpo a la calidez del hogar es tomando un caldo casero, un té o infusión o un chocolate caliente.
Si el caldo es vegetal, las vitaminas y minerales de las verduras usadas contribuirán al buen funcionamiento de tu organismo y a mejorar el sistema inmune. Ten en cuenta que la vitamina B, presente en muchos vegetales de hoja verde, es necesaria para el metabolismo energético. Por otro lado, los carotenos y la vitamina C, presentes en determinadas hortalizas, ayudan a reforzar las defensas.
En cuanto a tés e infusiones, los hay muy variados y con efectos diversos: relajantes, activadores, antioxidantes, etc. Sin embargo, el efecto que solemos buscar en ellos es de bienestar, para acondicionar nuestro cuerpo al calor del hogar. Si lo que buscamos es una acción más terapéutica o de prevención o alivio de síntomas catarrales, por ejemplo, hay que escoger bien los ingredientes: extractos de ciertas plantas naturales, como la equinácea, ayudan a subir las defensas naturales y se pueden incorporar a nuestro cuerpo, también, a través de complementos vitamínicos como Redoxon® con vitaminas para el resfriado.
El chocolate caliente, además de hacerte entrar en calor, es un buen aliado para tus defensas, ya que contiene zinc, un mineral necesario que ayuda a reforzar las defensas naturales del sistema inmune y es que tiene propiedades antioxidantes, estas propiedades están presentes en otros alimentos y ayudan a prevenir y retrasar algunos tipos de daños producidos en las células.
Sudar e hidratarse: el quid de la regulación térmica
Otra buena opción saludable es hacer ejercicio moderado. El ejercicio genera calor debido a que el cuerpo consume energía, que se transforma en un aumento de la temperatura corporal. El cerebro registra este aumento de temperatura y da la orden de sudar, para enfriar el cuerpo. Es lo que llamamos termorregulación.
Recuerda que con el sudor se pierde agua, pero también minerales necesarios para nuestro metabolismo que hay que reponer. Además, con el sudor se eliminan toxinas. Bebe mucha agua, mantendrás tu cuerpo hidratado y eso, además de mejorar tu estado general, aliviará algunos síntomas invernales, como la sequedad.
Estas medidas forman parte de las claves básicas para saber cómo prevenir el frío. Sigue nuestro blog, en él encontrarás múltiples consejos para mantener en forma tus defensas y disfrutar de una buena salud y bienestar, además de estos consejos para combatir el frio.