Conoce algunos conceptos sobre cómo funciona y como reforzar el sistema inmunológico: las células y elementos de nuestras defensas que nos protegen de agentes externos e infecciones.

¿Conoces los elementos de defensa con los que puede contar nuestro cuerpo para protegerse y defenderse frente a agentes externos e infecciones? Seguramente has oído hablar de los glóbulos blancos, anticuerpos y linfocitos. Puede que te confunda tanta terminología. No te preocupes, en este post, arrojamos un poco de luz para que tengas más claros algunos conceptos sobre cómo funciona el sistema inmunitario.

A. Anticuerpos.

Son proteínas que ciertas células de nuestro cuerpo sintetizan con una función muy específica: identificar y neutralizar elementos extraños en el organismo, como bacterias o virus. Se sintetizan de manera específica para cada virus o bacteria concreta.

B. Barrera protectora.

La piel y las mucosas son dos estructuras de nuestro organismo que actúan como barrera frente a la entrada de patógenos. Por eso es importante que mantengan una correcta integridad, y sobre su estructura y función intervienen varios micronutrientes, como el zinc y las vitaminas C y D, importantes en el mantenimiento de la estructura de piel y mucosas.

D. Defensas.

Aunque el concepto de defensas nos pueda dibujar la imagen de los anticuerpos, en realidad las defensas es el término general usado para referirse a todos los elementos, estructuras y mecanismos de los que dispone nuestro cuerpo para protegerse y luchar frente a infecciones, para mantener la salud. Nuestras defensas se organizan en varios niveles para dar respuesta a infecciones y cuerpos extraños que pueden amenazar nuestro cuerpo.

G. Glóbulos blancos.

Son células de la sangre con una función de defensa. Reciben este nombre porque no tienen pigmentos, es decir, coloración. También se les conoce como leucocitos, del griego leukos, blanco. Existen distintos tipos, según la morfología y función de los leucocitos: linfocitos –B y T–, monocitos, neutrófilos, basófilos y eosinófilos.

I. Infección.

Invasión de microorganismos –bacterias o virus– que se multiplican el cuerpo humano y atacan a células sanas.

Inmunidad. Es el conjunto de reacciones del cuerpo frente a una determinada enfermedad o frente a un antígeno o cuerpo extraño, como una infección.

L. Linfocitos.

Son un tipo de leucocitos o glóbulos blancos que circulan por el sistema sanguíneo y linfático y su función principal es regular la respuesta inmunitaria específica: reconocen y reaccionan frente a cuerpos extraños (como bacterias, virus o células tumorales).

M. Macrófagos.

Otro tipo de células de defensa, los macrófagos son los monocitos –un tipo de linfocitos– que han abandonado los vasos sanguíneos para dirigirse a otros tejidos del cuerpo. Allí atacan a las sustancias extrañas y las fagocitan, es decir, las rodean e ingieren, neutralizando su efecto.

P. Prevención.

Con el frío del otoño e invierno, y al estar más tiempo en locales cerrados, se incrementa el riesgo de procesos infecciosos. Ciertos hábitos saludables o medidas pueden ayudar a prevenir o reducir el riesgo de infecciones, y también algunas vitaminas, minerales y sustancias naturales, contribuyen a aumentar defensas, lo que ayuda a prevenir síntomas invernales. Consulta qué pautas y hábitos te ayudan a mantener tus defensas en forma.

S. Sistema inmunitario, sistema inmune, sistema inmunológico.

Puede llamarse de distintas maneras. El sistema inmunitario funciona como el conjunto de elementos, estructuras y procesos de los que dispone nuestro organismo para mantener el equilibrio interno y el correcto funcionamiento de todas las células frente a agresiones externas e internas que pueden amenazar la integridad de nuestro cuerpo (Ver Defensas).

Ya sabes cómo funciona el sistema inmunitario, mantener las defensas naturales del organismo en una forma óptima es imprescindible para evitar posibles amenazas de virus y bacterias, la gama de complementos alimenticios Redoxon® aporta los micronutrientes necesarios para ayudar al sistema inmunológico.